domingo, agosto 08, 2004

[columna 05] La incuestionable liviandad del ser. Hoteles de cinco y menos letras.

Durante julio y principios de agosto fácilmente he celebrado más de 15 cumpleaños incluyendo el mío. Comentando esto con algunos amigos que también cumplen años en estos días, resulta que hemos comenzado a dudar del poder natural de la primavera para regular las cuestiones del amor y del sexo.

Haciendo ingeniería inversa o simplemente contando hacía atrás, resulta ser que noviembre, hacia finales de la temporada otoñal, es uno de los meses más calurosos, y temporada durante la cual muchos de los bebes que venimos a este mundo somos creados en aras de la preservación de la especie y del amor entre amantes, parejas, novios, esposos o como quiera que se deba llamar a las relaciones hoy en día.

Sin embargo, dejarse llevar por el placer de procrear requiere, además de la disposición de los individuos en cuestión, de un espacio que nos asegure aunque sea falsamente, que nuestra intimidad no se verá interrumpida de modo intempestivo. Por tal motivo el hombre y por supuesto la mujer, han encontrado una variedad de guaridas celestiales para la búsqueda clandestina del placer sexual.

Basta darse una vuelta por avenida Tlalpan y sus alrededores para testificar el impulso que abarrota estos recintos. En fines de semana y en quincena, las filas y la espera impacientan a los amantes deseosos y a las jóvenes doncellas que prometieron llegar temprano a casa. Parejas entran y salen, dando vida a las fachadas del hotel mientras las cortinas se cierran, las luces se encienden y las pasiones se apaciguan.

Dos días al año, los hoteles de paso registran llenos espectaculares, ya que son parte de las celebraciones que en esos días se festejan. El primero y más obvio es el día de san Valentín, día del amor y la amistad, y que mejor regalo que un enfrentamiento cuerpo a cuerpo para descubrir los límites de un te amo. El segundo festejo es el día de la secretaría, y sin ser obvio, es fácilmente entendible que el respeto, la admiración y la calentura se confabulen para que jefe y secretaria terminen siguiendo el dictado del amor y de sus cuerpos.

Parte relevante de cualquier hotel de paso es el nombre, cual promesa de lo que nos puede ocurrir dentro de sus instalaciones, se erigen con nombres de realeza y gozo. Hotel Príncipe, Hotel Duquesa, Benidorm, Quinta las delicias, Hotel Palo Alto, Motel el Recreo, culminando con el famosísimo hotel ubicado sobre eje central, el hotel Avenida.

Otra parte relevante lo constituyen sus tarifas, de doscientos a tres mil pesos, estos precios dependen de la urgencia, la importancia de la relación, el grado de freses con el que se trate a la calentura y de los servicios adicionales como sábanas limpias, gorritas para el baño o la posibilidad de poder quedarse a dormir hasta el día siguiente en que se tendrá que desocupar el cuarto.

También pequeños detalles hacen la diferencia entre estos hoteles como los controles de la televisión que pueden estar pegados al buró o deben ser solicitados después de firmar un vale, jabones chiquitos con aroma a jardines de california o rosa venus contra champús con la marca del hotel, tinas de hidromasaje, espejos en techos y paredes, canales porno en la tele, servicio al cuarto con menú o tan solo papas, refrescos y bacardí comprados directamente en recepción junto con un paquete de condones.

Inevitablemente los hoteles y moteles de paso, siempre serán catalogados como lugares de pecadores, donde individuos de mala procedencia social llevan a cabo rituales de una indecencia mayúscula. Asociados a prostitutas y sus c(a)lientes, a infieles lujuriosos, a degenerados del sexo y a un sin fin de enfermedades venéreas y crímenes de bajas pasiones, la verdad es que los hoteles de paso han cobijado los ratos íntimos de una gran parte de la población, incluidos matrimonios cansados de la rutina que su colchón de alcoba pude darles, primeriz@s que acaban de encontrar el amor entre las piernas, viud@s que apagan su tristeza en brazos de Eros, o gente común y corriente que en lugar de utilizar su hora de comida en comer, prefiere darse un atascón de carne en un encuentro sexual rapidito.


Comentarios, rapidines, sugerencias o mentadas a:
dicho_al_lecho@yahoo.com.mx

[Sugerencias Bibliográficas]
• Me perderé contigo.
Rafael Pérez Gay
Aguilar, León y Cal Editores
ISBN 9684931700

• Hotel de los corazones solitarios.
José Agustín
Editorial Nueva Imagen SA
ISBN 9683915000

[Sugerencias Musicales]
• Ven devórame otra vez.
Los Titanes
Lo mejor de las Salsa Vol.1
Discos Fuentes

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hotel Pasadena (a media cuadra del Bulldog), con habitaciones nuevas recientemente construidas (junior suite) $300.-, dos canales porno, gorritas de baño, secadora, jaboncitos y shampoos, televisión de 29" con sonido envolvente y un DVD. Eso si, si llegas en sábado por la tarde te dirán que la habitación esta "reservada" hasta la media noche.

Saludos a mis amigos los gallegos.

Anónimo dijo...

Qué bien sabes de precios y detalles ehhh!!sucio, enfermo, pervertido, anti-ProVida, por cierto cuál me recomiendas?

pepo dijo...

Mi única recomendación es la de ir aunque sea a ver..jajajajaja...
Ya ves que hasta en Provida anda comprando Tangas...

Saludos.

Nati dijo...

Hola!
Hello, I am part of a new forum called NatSkins. I would love to invite you to be part of this amazing forum, offering you skins and resources for your blogging needs. The URL is http://www.natskins.cjb.net. You can also meet new people of various ages. Come and check it out. Thank you.
[Yo soy parte de un foro. Me gustaria invitarle a visitarlo. Muchas gracias]

Anónimo dijo...

muy bueno