viernes, julio 16, 2004

[columna 04] ¿te acuerdas de...? El vicio de la memoria.

Siempre he tenido miedo de perder la memoria de golpe, por eso desde la primera vez que poseí una agenda, como precaución he apuntado mi nombre siempre seguido de la  indicación: este soy yo.
 
Ahora, mi teléfono celular dice lo mismo y gracias a la tecnología, mi Palm también carga consigo este recadito que siempre dejo para mi uso personal. Un recuerdo de mi, por si acaso la memoria se me desprograma un día.
 
La memoria posee una función social incuestionable. La memoria colectiva hace que los vínculos sociales se vuelvan estrechos, agrupándonos y otorgándonos la sensación de pertenencia. Tener recuerdos en común nos liga como individuos de un grupo, a una historia en común y a rasgos que nos vuelven diferentes de todos aquellos que no han vivido mis recuerdos. Gracias a esto hemos desarrollado una culto a la memorabilia.
 
Las fotografías, los videos de eventos, las subastas de cosas usadas por personalidades, los objetos heredados por generaciones, todos ellos nos ubican dentro del largo camino colectivo que estás diseñado para valorar lo acontecido en el pasado.  Estamos dispuestos a pagar sumas millonarias por objetos cotidianos usado por fulanos, ya que dentro del conocimiento histórico colectivo esos objetos representan un momento específico. Basta ver la reciente subasta del balón pateado por Beckham con el cual falló un penalti decisivo. 
 
Nos reunimos a re-contar historias para revalidarlas en grupo, para construir una única memoria colectiva de los sucesos y así ir construyendo el pasado que justifique los momentos presentes. 
 
La memoria social e histórica, también se ve afectada por estos procesos de moldeamiento sistemático, donde muchas veces el cuento es contado por grupos específicos, y se cancelan así,  otras posibilidades y rumbos del pasado que obviamente podrían afectar las decisiones para el futuro. Un caso reciente de esta desmemoria histórica provocada, es la mutilación que sufrirán  los libros de texto de secundaria, donde se pretende que la historia comience a ser contada a partir de los sucesos de siglo quince. Todo lo acontecido antes de Colón, no tiene sentido para los actuales responsables de preservar e inculcar nuestro legado histórico.
 
La comprensión de la memoria aún esta en pañales. Fisiológicamente sabemos que existen tres tipos de memoria. La memoria inmediata, la memoria a largo plazo y la memoria de habilidades. Cada una alojada en partes específicas dentro del intrincado aglomerado de células que es nuestro cerebro. Sin embargo no sabemos nada del porque ciertos eventos los grabamos tan profundamente en nuestra memoria, mientras otras más se borran casi de inmediato, ni hemos descubierto como es que el cerebro distingue aquellos impulsos que deben ser considerados dignos de permanecer en el tinglado de neuronas, ni porque algunas veces estos hilos conductores del recuerdo fallan brutalmente, como en el caso del Alzheimer.
 
Bien dicen que recordar es volver a vivir. Ya que la memoria está vinculada con los procesos de regulación del cuerpo. Mientras los recuerdos se borran, los lazos entre las neuronas se rompen o se debilitan, entonces la capacidad del cerebro se ve disminuida y los pacientes se olvidan de su historia, de sí mismos y por último se olvidan de las funciones más simples para la vida como comer, respirar o latir.
 
Si bien en el ámbito fisiológico la comprensión de la memoria es compleja y en lo social puede servir como control colectivo o de dominación, en un plano individual, la memoria nos hace únicos. Nadie más tiene mis recuerdos, ya que nadie más a estado en mis zapatos viviendo mi vida.
 
Esta unicidad que nos otorga la memoria, esta formada por mis recuerdos y por los recuerdos que las demás personas tienen de mí. La memoria es entonces un flujo bidireccional en el que al mismo tiempo que yo me estoy formando los trazados neuronales para recordar, estoy siendo participe del mismo proceso en alguien más. Sin embargo ambos recuerdos serán tan diferentes entre sí como dos continentes, ya que son la interpretación intima y personal de la realidad.
 
Este soy yo,  me recuerda mi agenda electrónica mientras busco mi propio número de teléfono para dárselo a un amigo. Gracias a la tecnología cada vez intento aprenderme menos cosas de memoria, y la frase: este soy yo, se hace presente más rutinariamente.  El único consuelo es que cuando por fin ya no logré recordar nada, todos los días podré conocer a gente nueva.
 
 
Comentarios, recuerdos de Acapulco, sugerencias o mentadas a:
dicho_al_lecho@yahoo.com.mx
 
 
[Sugerencias Bibliográficas]
• La visión de los vencidos
Miguel León Portilla
Promo Libro
ISBN 8449203562
 
• Serie Memoria del Fuego
Eduardo Galeano
Siglo XXI editores
ISBN Varios
 
[Sugerencias Musicales]
• El Álbum
Los Aterciopelados
BMG Latin
 
[Sugerencias Cinematográficas]
• Memento
de Chistopher Nolan
con Guy Pearce, Carrie-Ann Moss y Joe Pantoliano
Columbia TriStar Home Entertainment
 
• Memorias de Antonia
de Marleen Gorris
con Willeke van Ammelrooy

Transeuropa Video Entertainment


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