miércoles, octubre 20, 2004

[columna 09] No es para quien no puede, sino para quien quiere más

El día que una pequeña píldora azul llamada Viagra llegó a las farmacias del mundo, rompió uno de los tabúes sexuales más grandes, haciéndonos reconocer que la impotencia masculina es un problema que muchos hombres enfrentan en soledad, viendo afectadas su vida sexual y su masculinidad, por tanto su valía como hombre cumplidor.

A partir de ese momento una carrera comercial entre los grandes y pequeños laboratorios médicos, comenzó por hacer que todos aquellos hombres de penes flácidos, lograran llenar de nuevo sus cuerpos cavernosos con sangre palpitante y ávida de revolcarse con cuanta mujer se pudiese. Comenzando una segunda revolución sexual para aquellos que quisieran darse la oportunidad de tener un segundo aire para el sexo.

Miles de años han influido en que al hombre le cueste trabajo hablar sobre su impotencia, además claro esta, de las infinitas burlas propias de los amigos y extraños, quienes mandarán a los impotentes a visitar algún desierto donde no ha llovido en años ya que seguramente no necesitarán ningún paraguas.

El Budismo tántrico con su divino Lingam que no es otra cosa que el falo de Shiva con el cual éste dios creo al mundo, el gigante de Cerne Abbas en Inglaterra y su enorme pito dibujado sobre un cerro, sectas cristianas como los Adamitas cuya intención es vivir como Adán en el paraíso y por eso han renunciado al uso de ropas, y demás cultos fálicos a lo largo y ancho del mundo [y sin albur], han hecho del pene en erección el motivo de sus plegarias. Misma devoción que asoma ahora en las películas porno y en nuestras tradiciones machistas, donde tenerlo grande es lo que cuenta para poder hacer gozar a todas aquellas afortunadas de encontrase con el miembro adecuado.

Por esta razón, esas mismas culturas dedicadas a adorar el miembro viril, también se han dedicado a buscar todas las maneras posibles de prolongar su erección y hacer de esta una conexión divina entre el Ying y el Yang, entre el Lingam y el Yoni, entre Pancho y su cena.

Una cantidad descomunal de pócimas y remedios afrodisíacos, llenan los anaqueles y el imaginario popular en busca del acostón más intenso y prolongado. La fama de los mariscos para hacer que el espíritu viril se ponga en marcha es reconocida popularmente y los ostiones, los camarones y los cócteles vuelve a la vida son armas recurrentes en las dietas de aquellos que después de visitar su marisquería predilecta, siguen recorriendo las calles en busca de arrimar el camarón.

Los Perfumes de pachulí, de ámbar gris, de almizcle, de algalia, las bebidas como el ajenjo o la leche de cabra, y objeto inverosímiles como los nidos de golondrina o el cuerno de los rinocerontes han llegado hasta nuestros días para que gracias a la evolución tecnológica y la calentura, se vayan perfeccionando o diversificando los métodos para alcanzar el placer de gozar y ser gozado.

De esta forma un comercio hasta entonces vetado al submundo del mercado negro, donde vendedores muy discretos ofrecían películas triple X, poppers, tinta china o yumbina, ha adquirido gracias al viagra, una cierta aceptación colectiva y ahora podemos ver al ídolo mexicano Andrés García anunciar bombas de vacío con las cuales lograremos la erección perfecta, o podemos ubicar al rey Pele reconociendo públicamente que hay hombres que necesitan ayuda, y que al igual que en el fútbol, hasta el mejor tiro se puede parar.

Ya solo nos queda preguntarnos ¿..Para que...?

Comentarios, pachuli, sugerencias o mentadas a:
dicho_al_lecho@yahoo.com.mx


[Sugerencias Bibliográficas]
• Diccionario de la sexualidad Sagrada
Rufus Camphausen
José J. de Olañeta Editor
ISBN 8476519370

[Sugerencias Cinematográficas]
Boggie Nights
de Paul Thomas Anderson
con Mark Wahlberg, Burt Reynolds y Julianne Moore
New Line Cinema

[Sugerencias Musicales]
• Te gusta a ti ese son
Botellita de Jerez
La Venganza del hijo del GuacaRock

• Vente en mi boca
Las Ultrasónicas
¡Oh Si más...más!
Discos Termita


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